La pandemia del ébola, la crisis migratoria del Mediterráneo -cuyas aguas se han convertido en la triste sepultura de tantos refugiados- y los conflictos bélicos de Ucrania o Gaza. Aunque el 2014 podría resumirse en estos temas de portada, la imagen ganadora del World Press Photo es otra: Alex y Jon, una pareja gay en la homófoba Rusia, medio desnudos en su apartamento de San Petersburgo, en una estancia marcada por los claroscuros y una composición casi caravaggiesca. Esta intimista fotografía del danés Mads Nissen, con una fuerte carga pictórica, se llevó el gran premio del mejor concurso de fotoperiodismo internacional, que aterriza en el CCCB hasta el 13 de diciembre, una cita ineludible en la agenda barcelonesa (el pasado año, la exposición sumó 43.000 visitantes en cinco semanas).
Pero sin duda las imágenes más impactantes de la pasada edición del World Press Photo son las de los refugiados medio moribundos, los heridos en guerras y los estragos del ébola en África. En el apartado multimedia, el español Carlos Spottorno se llevó un premio por su cortometraje At the gates of Europe, sobre la operación de búsqeuda y rescate de cerca de 200 inmigrantes de Pakistán y Siria a la deriva en el mar entre Lampedusa y Túnez. «El tema de la inmigración muestra las grietas de la UE. Antes, Italia tenía cinco buques de guerra patrullando las 24 horas del día para rescatar a los migrantes, pero no podía sostener sola la Operación Maremagnum. Su petición de apoyo a la UE no fue atentida y se disolvió la Operación Maremagnum. A los pocos días hubo un naufragio con 1.000 muertos...», lamenta Spottorno.Su proyecto complementa otra poderosa imagen del Word Press, la de una patera llena de inmigrantes a la deriva, que sonríen con esperanza hacia el helicóptero que les rescatará, una instantánea tomada por Massimo Sestini.«La fotografía es, sobre todo, empatía, el intentar ponerte en el lugar del otro.También funciona como un espejo que nos confronta a nosotros mismos:un espejo en el que mirarnos y preguntarnos si realmente somos tan tolerantes como creemos», explica Mads Nissen, que en 2013 asistió a una Gay Parade de San Petersburgo y fue testigo de cómo un radical homófobo, «cual hooligan», asestaba un brutal puñetazo a un manifestante gay delante suyo. «Entonces fui un mal fotógrafo, no tomé la instantánea de la agresión. Ese incidente me dolió tanto que quise documentar todo ese odio, la violencia, la presión hacia los gays, el poder político... Quería entender cómo se siente un joven gay en San Petersburgo. En el fondo, la imagen no trata sobre la homofobia, sino sobre el amor que uno es capaz de sentir hacia otra persona», añade el fotógrafo.
El secuestro de 400 niñas nigerianas por parte de Boko Haram, la guerra de Ucrania, la explotación laboral en China, la marginalidad de las drogas y del Sida, la pobreza en las zonas rurales de Australia, la soledad de la vejez, el duro proceso de integración en un país extranjero, la caza ilegal de animales en peligro de extinción en África... Son algunas de las grandes y pequeñas historias que se pueden ver en el World Press Photo.
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